Los avances de la digitalización han promovido la aparición de nuevas empresas, productos y formas de relacionarse con el cliente bajo la bandera del Fintech.

Las empresas están marcadas por una fuerte inversión en desarrollo tecnológico, la potenciación de los canales de comunicación y conectividad, la capacidad de computación para gestionar grandes cantidades de datos aplicados al negocio bancario y la optimización de recursos gracias a las nuevas soluciones digitales.

La dependencia tecnológica en la prestación de estos servicios se ha convertido en un factor crítico, donde la ciberseguridad y la continuidad de negocio afecta no solo a la calidad de servicio, sino a la reputación de la organización.